La amalgama dental ha sido un material restaurador muy confiable, de gran utilidad en la odontología y que, aún con su gran aceptación y amplio uso en la profesión dental, ha presentado siempre muy limitado reconocimiento profesional, por su poca o nula capacidad estética o de color de diente y por las «guerras» que ha tenido que librar a través de sus muchos años de vida. El mercurio es un componente importante en la mezcla de la amalgama dental, y su presencia ha sido uno de los factores preponderantes que han causado el detrimento injusto del uso de este material restaurador, que ha demostrado un comportamiento clínico excelente en sus casi 200 años de vida.


 


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